Actualmente la acupuntura es reconocida como una intervención médica por la organización médica colegial de España y de muchos países occidentales, está recomendada por la OMS para un buen listado de patologías y cada vez más médicos convencionales derivan a sus pacientes a clínicas de acupuntura para el tratamiento de patologías difíciles de curar con procedimientos habituales.
La acupuntura es un método curativo, perteneciente a la Medicina Tradicional China (MTC), existente hace siglos. Se basa en la creencia de que el cuerpo humano es un sistema de flujos de energía, y de que el dolor y las enfermedades son consecuencias de un desequilibrio de la energía vital que circula por el organismo (QI).
Existen 2.000 puntos de acupuntura conectados por 'meridianos' (canales que distribuyen la energía por el cuerpo), cada uno de los cuales se corresponde con un órgano o sistema orgánico.
La acupuntura ha sido practicada en China y otros países asiáticos durante miles de años. Hoy en día, es una terapia muy conocida también en el mundo occidental, millones de personas recurren a la acupuntura como una terapia alternativa, para aliviar distintas afecciones y mejorar su calidad de vida.
La tarea del acupuntor consiste en determinar el problema y señalar las zonas en las que se ha alterado el flujo de energía para utilizar su técnica sobre ellas y, de este modo, restablecer el equilibrio perdido.
La acupuntura consiste en insertar una serie de agujas muy finas en la piel del paciente, a distintas profundidades, para estimular puntos específicos del cuerpo, con el fin de restaurar el flujo y equilibrio de energía en el interior del organismo.
El término acupuntura describe un conjunto de procedimientos que implican la estimulación de ciertos puntos anatómicos utilizando variedad de técnicas. La variante de acupuntura que se aplica con más frecuencia, y cuyos posibles efectos beneficiosos se han estudiado con mayor profundidad, es la variante en la que se insertan finas agujas en la piel, en determinados puntos estratégicos, con el objetivo de aliviar una amplia gama de patologías.
Se ha demostrado que la acupuntura aumenta los niveles de distintos neurotransmisores (endorfina, encefalina, serotonina, noradrenalina, dopamina…), aumenta distintos neurohormonas (FSH, LH, GH, cortisol…), aumenta niveles de enzimas mitocondriales relacionados con el estrés oxidativo (superoxidodismutasa, glutatión peroxidasa..) enlenteciendo el proceso de envejecimiento, aumentando la resistencia a esfuerzos físicos, reduciendo la velocidad de progresión en enfermedades degenerativas y previniendo enfermedades.
Métodos de neuroimagen sofisticados (RM funcional, SPECT, ecografía doppler transcraneal…) confirman que la acupuntura estimula estructuras cerebrales corticales y subcorticales, aumenta el flujo sanguíneo cerebral y el aporte de oxigeno al cerebro.
Las sensaciones que el paciente puede experimentar son diversas y dependen del sitio de inserción de la aguja y del estado en que se encuentra la persona ese día. El proceso es prácticamente indoloro, puede sentirse el pinchazo seguido de alguna sensación como picazón, escozor, una sensación en recorrido, hormigueo, que desaparece a los pocos segundos de la aplicación de la aguja.
Si es tu primera vez en este tipo de tratamiento, se deberá realizar una entrevista tanto de tus problemas, dolores, situaciones que quieres mejorar, como de tus antecedentes. Luego el acupuntor seleccionará qué puntos son mejores para ti. Las agujas se dejan colocadas entre 20 y 30 minutos, dependiendo el caso de cada paciente.
Al principio las sesiones es recomendable que sean cada semana, para luego espaciarlas más y usarlas como mantenimiento.
Se ha probado que el tratamiento con acupuntura es eficaz para el tratamiento de ciertos dolores ya que favorece la liberación de sustancias químicas analgésicas del propio organismo:
Además sirve para acompañar a los pacientes en procesos de cese de adicciones como el tabaco o de pérdida de peso. También es importante su utilización estética para ayudar al estado de la piel, la aparición de arrugas y la eliminación de zonas de grasa.
La acupuntura se ocupa de modificar la causa del problema y no solo sus síntomas. Estimula la capacidad natural del organismo para luchar contra ciertos trastornos, aunque no puede sustituir a otros tratamientos como antibióticos o cirugía, en los casos en que se precisa su uso.
Una diferencia fundamental entre la acupuntura estética y otros tratamientos de rejuvenecimiento es que la acupuntura al mismo tiempo que nos ayuda a combatir los signos de envejecimiento nos ayuda a cuidar nuestra salud general. Es un tratamiento integral.
El tratamiento con acupuntura estética no se va a quedar solo en el uso de la agujas sino que se verá complementado con masajes, hierbas
y una buena terapia dietética.
El uso de acupuntura facial es muy recomendable para mantener un aspecto joven, lo conseguiremos sin necesidad de
someternos a tratamientos mucho más invasivos y, en ocasiones, peligrosos.
Entre los muchos beneficios de la acupuntura estética podemos destacar:
Además de ayudarnos a combatir los signos del envejecimiento la acupuntura también puede ser una ayuda para combatir el sobrepeso, siendo un apoyo en las dietas de control de peso, ya que un buen tratamiento contribuye a eliminar la ansiedad por consumir alimentos pocos saludables a todas horas. Como cada caso de obesidad es diferente (tiroides, estreñimiento, ansiedad, etc.) el tratamiento será individualizado por lo que irá destinado a combatir la causa del aumento de peso.
También actúa en el aumento de la autoestima, necesaria en altas dosis en estos procesos.
Pero, por sí sola, la acupuntura no sirve para adelgazar. Hay que combinarla con una dieta hipocalórica adecuada, un poco de ejercicio y una pizca de voluntad por parte del paciente.
Estudios en humanos realizados desde hace más de 40 años han demostrado que la acupuntura produce múltiples respuestas biológicas, tanto bioquímicas como neurofisiológicas responsables de sus efectos curativos. Muchos de estos estudios realizados a nivel de laboratorio, repitiéndose en distintas circunstancias y por distintos investigadores, son la prueba objetiva de cómo funciona y por que funciona la acupuntura, motivo por el cual ya no se acepta que se cuestionen las bases neurofisiológicas de la acupuntura como técnica médica.
Como cualquier técnica médica la respuesta también tiene cierta variabilidad en distintos pacientes, y como con cualquier técnica médica no se puede garantizar la curación en el 100% de los pacientes. En cualquier caso se suele limitar el uso de la acupuntura a patologías donde la respuesta es al menos tan buena como con medicina convencional. Y si la acupuntura no obtiene el resultado deseado en un paciente dado, no significa que la acupuntura no funciona, sino que en ese paciente concreto no fue eficaz, pero lo más probable es que lo sea en otros, como ocurre con cualquier antibiótico u otra intervención médica.